Otra de esas noches de pensamientos y sueños, otro de esos amaneceres con dolor de cabeza, esas preguntas que pasan como el viento a través de mi cerebro, ¿Vale para algo lo que estoy haciendo? ¿Lo estará leyendo alguien? ¿Me darán por saco los políticos? ¿La humanidad entrará en crisis profunda? ¿Mis hijos se acostumbrarán a estar sin su madre? Y tantas otras.
Olvidé contaros que hace dos o tres día vinieron unas trabajadoras sociales a interrogarme, soy tan como soy, que ni siquiera se me ocurrió preguntarles para quien trabajan, simplemente les conté lo que querían saber, pero ya hay cambios que no encajan con la verdad, el primero es que mi familia debe dejar el lugar donde vive, desde que mis hijos regresaron de casa de mi madre, ya han vivido en tres lugares diferentes, ahora tienen que encontrar el cuarto, ¿porqué? El primero era una cueva de un amigo en un lugar hermoso, pero a Kabia se le hacía pequeño, Kabia mide metro noventa y ocho y aquel espacio era más bien para gente bajita por lo que se sentía incómodo, agachando constantemente la cabeza así que Álvaro les ofreció su casa, todo iba bien hasta que en Navidades, tuvieron su pelea de gallos, Álvaro estaba tocando fondo emocionalmente, estaba totalmente irritable y a Kabia le dio por tener ataque de celos, no voy a entrar en detalles, pero no piensen mal, a las manos no llegaron. tanto Kabia como Álvaro decidieron que debían cambiar de lugar, encontró una casa cueva y sin verla se metió allí, es de una tal Rosi, antes la habitaba pero ahora la tiene vacía, llegaron a un trato, Kabia no había visto como era pero lo aceptó, el primer día que se fueron allí era el del cumpleaños de Anand, mi hijo pequeño, os conté que pasé la tarde con ellos, las condiciones no son las mejores, tampoco voy a entrar en detalles, pero salí sintiéndome muy triste, así que empieza la operación de encontrar urgentemente otro sitio, Álvaro arrepentido insiste en que vuelvan a su casa, pero Tal y como le conozco, nunca aceptará.
Olvidé contaros que hace dos o tres día vinieron unas trabajadoras sociales a interrogarme, soy tan como soy, que ni siquiera se me ocurrió preguntarles para quien trabajan, simplemente les conté lo que querían saber, pero ya hay cambios que no encajan con la verdad, el primero es que mi familia debe dejar el lugar donde vive, desde que mis hijos regresaron de casa de mi madre, ya han vivido en tres lugares diferentes, ahora tienen que encontrar el cuarto, ¿porqué? El primero era una cueva de un amigo en un lugar hermoso, pero a Kabia se le hacía pequeño, Kabia mide metro noventa y ocho y aquel espacio era más bien para gente bajita por lo que se sentía incómodo, agachando constantemente la cabeza así que Álvaro les ofreció su casa, todo iba bien hasta que en Navidades, tuvieron su pelea de gallos, Álvaro estaba tocando fondo emocionalmente, estaba totalmente irritable y a Kabia le dio por tener ataque de celos, no voy a entrar en detalles, pero no piensen mal, a las manos no llegaron. tanto Kabia como Álvaro decidieron que debían cambiar de lugar, encontró una casa cueva y sin verla se metió allí, es de una tal Rosi, antes la habitaba pero ahora la tiene vacía, llegaron a un trato, Kabia no había visto como era pero lo aceptó, el primer día que se fueron allí era el del cumpleaños de Anand, mi hijo pequeño, os conté que pasé la tarde con ellos, las condiciones no son las mejores, tampoco voy a entrar en detalles, pero salí sintiéndome muy triste, así que empieza la operación de encontrar urgentemente otro sitio, Álvaro arrepentido insiste en que vuelvan a su casa, pero Tal y como le conozco, nunca aceptará.
Las trabajadoras querían saber nuestros ingresos antes y después del incendio, eso os lo puedo más o menos contar aunque debo remontarme en el tiempo con ellas no fui tan explicita como lo seré con vosotros.
Cuando conocí a Kabia en Munich, yo estaba haciendo un gran esfuerzo por aceptar que la dama de negro no quería llevarme con ella, hacía dos años que murió el hombre con quien compartí ese tiempo de mi vida, no fue la única muerte que visitó mi entorno, fue una sucesión de seres queridos de muertes trágicas e inimaginables; el sufrimiento que sentía era tal que no quedaba una sola célula de mi cuerpo sin ese dolor físico y terrible, el llanto tan profundo y fuerte que sobrepasaba los límites, incluso en ocasiones se transformaba en risas, viajé por el mundo sin rumbo ni dirección con el sólo deseo de dejar esta vida, de forma misteriosa, mis acciones eran tremendamente creativas y amorosas, todo eso fue otra aventura por Italia, Alemania, Holanda, España…
Trabajaba como terapeuta, pero yo no quería porque pensaba que si yo no era feliz no podía ayudar a otros, no era tan fácil, siempre acababa alguien pidiéndome y yo no podía negarme, se fascinaban al ver que mi llanto se transformaba en risa y que por la gracia de la meditación mis actos expresaban amor, pero yo seguía pensando que antes de trabajar con los otros debía trabajar conmigo misma hasta lograr comulgar con la felicidad.
Un par de años más tarde, en Alemania, conocí a Kabia, me fascino su talento artístico, él estaba en el camino de la meditación bajo las enseñanzas de su Maestro, en su trabajo estaba siempre presente su amor por la naturaleza y su sentir sobre el tiempo, ese constante movimiento entre antes y después, ese procurar permanecer en ahora, ese reto tan grande que te ofrece el hacerte consciente de que un aliento entra y otro sale y se te regala la existencia, instante a instante, vivimos la vida como si fuera normal, como si nunca tiene que acabarse y no somos conscientes de que hay millones de factores que deben darse para que eso sea posible.
Hace no mucho, vi morir a mi padre, su último aliento lo dio mientras yo le abrazaba y supe que se fue en armonía.
Kabia y yo debíamos superar nuestras tristezas personales, cada uno a su manera teníamos un don de expresión con el corazón y decidimos caminar juntos, salir a la calle a buscar a las personas ya que no es fácil en el mundo del arte llegar a esos sitios donde las gentes van hacia ti, desgraciadamente vende más un artista por haber encontrado la puerta que le da un nombre que por su trabajo, así que nos hicimos artistas de calle.
Kabia conocía Gran Canaria y quiso traerme, después de permanecer en Francia un año y pico, más otros lugares por los que pasamos en nuestro caminar, cruzamos España sobre ciudades, calles, trenes y guaguas (autobuses), cogiendo el ferry en Cádiz para llegar hasta aquí en 1.996. No fue fácil, la experiencia que he vivido en esta isla ha sido de lo más duro de mi vida, tampoco voy a entrar en detalles ahora, quizá en otro momento escriba sobre esto, pero todos aquellos que conocen Gran Canaria saben que el arte no es precisamente algo importante para nuestros políticos, así que fuimos escapando como pudimos, intenté explicar a los mandamases del sur que lo que ellos estaban potenciando, se puede encontrar en cualquier lugar turístico del mundo, que si permitieran la creatividad expresarse, darían un toque único, que podía ser apreciado por los visitantes, pero nunca se interesaron, aun así íbamos escapando, entre los Mercadillos de Mogán y las canteras en las Palmas, recibiendo aquellos donativos que la gente de a pié quisiera darnos, al Entrar el PP en Mogan, nuestro puesto de trabajo se fue al garete, tras ocho años, mientras que el PP en las Palmas, siguió permitiéndonos, con respecto a San Bartolomé, nos abrió la puerta al cerrarse la de Mogan también el PP, pero cuando llegó un Francés que pagó a policías corruptos y nuestro trabajo, una instalación hecha con los distintos colores de tierras, barros y arenas de la isla, un trabajo de tres semanas al que solo le faltaba un día para ser terminado, fue destrozado durante la noche en la campaña de navidad, también se terminó en Maspalomas, la mejor zona turística del municipio, una vez que se caducó nuestro permiso, no quisieron renovarlo, como iban a tolerar el riesgo de que volviera a haber una montaña de escombros, les explique lo que había sucedido, no es que me lo inventara, es que el sinvergüenza del francés me lo contó personalmente sin saber quien era yo, en aquel tiempo, como los niños ya iban al colegio, yo solo participaba en la obra de Kabia en momentos puntuales. Al equipo político del ayuntamiento no le importaba ni el Arte ni la justicia, lo único que querían era mera superficialidad y le concedió la prioridad al franchute, un tipo alcohólico, cocainómano, recién llegado a la isla pero con contactos, tenía una obra que daba el pego, nunca la variaba, ¿para que? Si eran los turistas los que cambiaban y además no tenía ningún riesgo, cuando trabajas con arena, y arriesgas, puede que todo se te venga abajo y tengas que volver a empezar, a Kabia le pasó muchas veces, quería profundizar más y más, quería aprender más y más, eso en muchas ocasiones nos trajo problemas porque si se te cae no te dan un céntimo, pero esto es lo que tiene un artista, no se conforma con buscar algo que le dé pasta si no que profundiza y profundiza cueste lo que cueste, por que es el sentir de esa experiencia lo que importa y no la seguridad económica, ya se que es un problema pero ¿Qué le vamos a hacer si se nos concedió un talento que hay que sembrar? Para nuestra suerte o nuestra desgracia, siempre hemos vivido una vida tan arriesgada como el trabajo con la arena. A los políticos les importó nada que tuviéramos dos hijos, una finca que atender, animales que alimentar… se decantó por ese personaje feo, agresivo, sin creatividad, cada día con lo mismo, lo cual asustaba menos que un artista de verdad. Hubo una moción de censura y entró el PSOE, pedí cita a la Alcaldesa, tardó medio año en recibirme, me dio su palabra de ocuparse de varias cosas entre ellas mirar por nuestro trabajo, sin promesas, pasar un tractor pala por la peligrosa pista de tierra que lleva hasta el aparcamiento donde se deja el coche para caminar a nuestra casa, en eso me dio su palabra, no se ni el tiempo que pasó, pero ya hubieron elecciones, ya cambió el equipo político, y nunca tuve respuesta ni tractor ni nada. Entró Nueva Canarias y como veis no nos ha ido mejor, por eso estoy aquí.
Lo que quiero apreciar es que en nuestros principios estaba Coalición Canaria en Mogan, ellos no hacían grandes cosas por el pueblo, pero te permitían buscarte la vida.
Después de todas esas crisis, con periodos estables, Kabia se fue montando un taller donde hacía obras de troncos de árbol, encontró un lugar donde trabajar los grandes porque no podíamos transportar el material pesado a la finca, y en nuestra casa tenía el taller donde trabajar con el material transportable sobre nuestra burrita Elea.
Tuvimos visitantes de Berlín, Ciudad natal de Kabia, les gustaba vivir una experiencia salvaje, comer el queso y el pan que yo preparaba, tomar sesiones de masaje que yo les daba, alimentarse de la huerta y los frutales que Kabia trabajaba; A cambio compartían su dinero con nosotros de forma que el trueque estaba bien, eran generosos y nosotros también, les gustaba el trabajo de Kabia y muchas veces se llevaban algunas cosas, nuestros visitantes eran de temporada de invierno y parte de la primavera.
Con la huerta, cubríamos buena parte de nuestra alimentación exquisita, regada con agua de naciente, alimentada con compost natural, en nuestra pobreza económica éramos bastante ricos.
Llegó el momento, volviendo a lo del espectáculo, cuando Mogán nos cerró la puerta, en el que decidí sacarme un papel para retomar el mundo de los masajes, es que fue un momento muy duro, fue un abuso de poder de la mujer de un concejal, ella era policía local encargada del mercadillo, le encantaba nuestro trabajo incluso nos pagó en billetes cuando la peseta, pero al ganar las elecciones, pretendió humillarme con la única necesidad de que yo le siguiera el juego y le regalara el ego, pero no me dio la gana, no pude tolerar que se metiera injustamente con mi marido solo para que yo agachara la cabeza y le diera la razón en algo que no la tenía, solo por que su poder le permitía cortarnos metafóricamente el cuello, lo que yo le contesté fue:
.- Prefiero enseñar a mis hijos a apretarse el cinturón que a apretarse el corazón, podrás quitarme el pan, pero el honor me lo llevo a la tumba.
De la noche a la mañana, no teníamos ni para comprar en el supermercado, suerte de nuestra tierra y nuestros animalitos que nos daban de comer y de que coincidió con que teníamos una pareja quedándose en la finca que nos solucionó lo esencial, Las Palmas nos permitió trabajar, era invierno me parece por que el clima era frío, lluvioso, ventoso, pero no nos quedó mas remedio que atravesarlo y tirar hacia delante.
Cuando llegó el siguiente curso, estudié quiromasaje en Vecindario por eso de lograr un título, los míos, habían desaparecido en el camino, pero la experiencia no.
Fue un curso más tarde, cuando el colegio de mi hijo mayor debía cambiar y me vi obligada a trasladarme, y esa es la excusa que nuestros Señores del Gobierno tomaron para una vez más abandonarnos. No me daba la gana, otro mal trato, no podía tolerar, tantos años de esfuerzo y de trabajo no se lo iba a regalar.
Si solo vamos a la parte de medioambiente, contaros que cuando llegamos a la finca, no crecía ni un solo pino nuevo, las cabras de un pastor se los comían al asomar y nosotros cada vez que descubríamos uno, lo protegíamos y poco a poco fue repoblándose de forma natural, los pinos que vi nacer, ya eran más altos que yo. ¿Por qué los ecologistas ni siquiera nos visitan? Pues porque no somos carne de foto periodística.
Tuve un golpe de suerte, volví a conectar con mis viejos amigos de antaño, después de 15 años, me invitaron a Barcelona a estudiar Cráneo-Sacral Biodinámico, así que una vez por mes hacía un viaje, no tardaron las personas en pedirme sesiones y aprovechaba para estudiar y sacar lo necesario para nuestros gastos básicos, porque en Arinaga, mi enfoque estaba en los niños, en su transición en su conexión con el mundo, busqué trabajo, pero lo que me salió en hoteles no me permitía dar calidad, si no cantidad y en esta vida para mi es importante hacer las cosas desde el alma, hasta la fecha aun no me he prostituido y espero no hacerlo nunca, también tuve el apoyo de esas ayudas que te ofrecen cuando no tienes recursos, entre todo, me daban para ir enfocándome en una vía que me permitiera compartir mis conocimientos y recibir lo necesario para nuestra nueva situación, habíamos vuelto a tomar contacto con el mundo civilizado y debíamos cambiar nuestro nivel de vida, las exigencias son otras, las cabras las tuve que vender por que Kabia no es pastor, a el se le dan mejor las plantas, yo con la huerta no soy tan hábil, me dedicaba más a la cosecha de las hierbas medicinales con las que hacía aceites, tinturas, para mis sesiones y jarabes para mi familia no es que sea una experta en plantas, pero averigüé sobre las que crecían en mi entorno, aprendí cuando viajaba por América Latina, tuve la suerte de conocer gente sencilla e interesante que compartieron conmigo alguno de sus conocimientos.
Toda esta historia no le conté a las trabajadoras, solo les hablé del trabajo de Kabia que ahora no puede hacer por que los niños le necesitan; En navidades sí ya que se quedaron conmigo, por otro lado, desde que entró el PSOE en Las Palmas, contrataron músicos para tocar en la calle y el lugar que le han dado a Kabia, sin pagarle un duro, es por donde no hay casi gente, así que el esfuerzo no vale la pena.
He recuperado a través de un amigo alguna foto, intenté gravarla pero soy tan ignorante con esta maquinita que hasta que no me ayude alguien no podré colgarlas, pero las colgaré para que veáis que es un gran trabajo, maravilloso “dedicado a la Naturaleza recordando que nosotros Humanos somos parte de ella”, mi parte en esta historia estaba relacionada con la meditación, mientras mi atención estaba en sentir el palpitar de la vida instante a instante, mi intención era inspirar a las personas a sentir la sed de mirar no solo hacia fuera, también hacia adentro, si alguna vez lo logré, nunca lo supe, en muchas ocasiones la gente me dio las gracias incluso con lágrimas en los ojos, era un trabajo silencioso, estático, que solo se podía entender con el corazón, no de forma intelectual si no sintiendo, era como ser un espejo que reflejaba Paz, en otras ocasiones me tiraron hasta piedras, había niños que no podían soportar echar una monedita y que yo no me moviera, así que en su frustración de no ver cumplida su expectativa, cogían mis propias piedras y me las tiraban, también me encontré con esos que su único objetivo era sacarme de mi centro y hacerme reír, sólo lo logró uno, era un hombre del pueblito cerca de mi finca, cuando me vio en un trabajo que hice en solitario mientras me pintaba con el barro, el hombre se horrorizó, era un borrachín:
.- deja eso Paloma que me asustas y cuando duermo tengo pesadillas
.- Anda primo (es como todo el mundo le llama) márchate y no mires que no te quiero asustar, y se fue. Al ratito, cuando yo ya estaba preparada, y en silencio oigo su voz que empieza a gritar
.- La Virgen de Soria, La Virgen de Soria, no pude evitar el soltar una carcajada, Soria el Barrio aunque parece un pueblito, el último que me encuentro antes de ir hacia mi finca.
Por el momento aquí acaba esta historia, para mí es fácil imaginar lo que os he contado por que lo conozco, no sé si habré conseguido trasmitíroslo. Hasta pronto
Un par de años más tarde, en Alemania, conocí a Kabia, me fascino su talento artístico, él estaba en el camino de la meditación bajo las enseñanzas de su Maestro, en su trabajo estaba siempre presente su amor por la naturaleza y su sentir sobre el tiempo, ese constante movimiento entre antes y después, ese procurar permanecer en ahora, ese reto tan grande que te ofrece el hacerte consciente de que un aliento entra y otro sale y se te regala la existencia, instante a instante, vivimos la vida como si fuera normal, como si nunca tiene que acabarse y no somos conscientes de que hay millones de factores que deben darse para que eso sea posible.
Hace no mucho, vi morir a mi padre, su último aliento lo dio mientras yo le abrazaba y supe que se fue en armonía.
Kabia y yo debíamos superar nuestras tristezas personales, cada uno a su manera teníamos un don de expresión con el corazón y decidimos caminar juntos, salir a la calle a buscar a las personas ya que no es fácil en el mundo del arte llegar a esos sitios donde las gentes van hacia ti, desgraciadamente vende más un artista por haber encontrado la puerta que le da un nombre que por su trabajo, así que nos hicimos artistas de calle.
Kabia conocía Gran Canaria y quiso traerme, después de permanecer en Francia un año y pico, más otros lugares por los que pasamos en nuestro caminar, cruzamos España sobre ciudades, calles, trenes y guaguas (autobuses), cogiendo el ferry en Cádiz para llegar hasta aquí en 1.996. No fue fácil, la experiencia que he vivido en esta isla ha sido de lo más duro de mi vida, tampoco voy a entrar en detalles ahora, quizá en otro momento escriba sobre esto, pero todos aquellos que conocen Gran Canaria saben que el arte no es precisamente algo importante para nuestros políticos, así que fuimos escapando como pudimos, intenté explicar a los mandamases del sur que lo que ellos estaban potenciando, se puede encontrar en cualquier lugar turístico del mundo, que si permitieran la creatividad expresarse, darían un toque único, que podía ser apreciado por los visitantes, pero nunca se interesaron, aun así íbamos escapando, entre los Mercadillos de Mogán y las canteras en las Palmas, recibiendo aquellos donativos que la gente de a pié quisiera darnos, al Entrar el PP en Mogan, nuestro puesto de trabajo se fue al garete, tras ocho años, mientras que el PP en las Palmas, siguió permitiéndonos, con respecto a San Bartolomé, nos abrió la puerta al cerrarse la de Mogan también el PP, pero cuando llegó un Francés que pagó a policías corruptos y nuestro trabajo, una instalación hecha con los distintos colores de tierras, barros y arenas de la isla, un trabajo de tres semanas al que solo le faltaba un día para ser terminado, fue destrozado durante la noche en la campaña de navidad, también se terminó en Maspalomas, la mejor zona turística del municipio, una vez que se caducó nuestro permiso, no quisieron renovarlo, como iban a tolerar el riesgo de que volviera a haber una montaña de escombros, les explique lo que había sucedido, no es que me lo inventara, es que el sinvergüenza del francés me lo contó personalmente sin saber quien era yo, en aquel tiempo, como los niños ya iban al colegio, yo solo participaba en la obra de Kabia en momentos puntuales. Al equipo político del ayuntamiento no le importaba ni el Arte ni la justicia, lo único que querían era mera superficialidad y le concedió la prioridad al franchute, un tipo alcohólico, cocainómano, recién llegado a la isla pero con contactos, tenía una obra que daba el pego, nunca la variaba, ¿para que? Si eran los turistas los que cambiaban y además no tenía ningún riesgo, cuando trabajas con arena, y arriesgas, puede que todo se te venga abajo y tengas que volver a empezar, a Kabia le pasó muchas veces, quería profundizar más y más, quería aprender más y más, eso en muchas ocasiones nos trajo problemas porque si se te cae no te dan un céntimo, pero esto es lo que tiene un artista, no se conforma con buscar algo que le dé pasta si no que profundiza y profundiza cueste lo que cueste, por que es el sentir de esa experiencia lo que importa y no la seguridad económica, ya se que es un problema pero ¿Qué le vamos a hacer si se nos concedió un talento que hay que sembrar? Para nuestra suerte o nuestra desgracia, siempre hemos vivido una vida tan arriesgada como el trabajo con la arena. A los políticos les importó nada que tuviéramos dos hijos, una finca que atender, animales que alimentar… se decantó por ese personaje feo, agresivo, sin creatividad, cada día con lo mismo, lo cual asustaba menos que un artista de verdad. Hubo una moción de censura y entró el PSOE, pedí cita a la Alcaldesa, tardó medio año en recibirme, me dio su palabra de ocuparse de varias cosas entre ellas mirar por nuestro trabajo, sin promesas, pasar un tractor pala por la peligrosa pista de tierra que lleva hasta el aparcamiento donde se deja el coche para caminar a nuestra casa, en eso me dio su palabra, no se ni el tiempo que pasó, pero ya hubieron elecciones, ya cambió el equipo político, y nunca tuve respuesta ni tractor ni nada. Entró Nueva Canarias y como veis no nos ha ido mejor, por eso estoy aquí.
Lo que quiero apreciar es que en nuestros principios estaba Coalición Canaria en Mogan, ellos no hacían grandes cosas por el pueblo, pero te permitían buscarte la vida.
Después de todas esas crisis, con periodos estables, Kabia se fue montando un taller donde hacía obras de troncos de árbol, encontró un lugar donde trabajar los grandes porque no podíamos transportar el material pesado a la finca, y en nuestra casa tenía el taller donde trabajar con el material transportable sobre nuestra burrita Elea.
Tuvimos visitantes de Berlín, Ciudad natal de Kabia, les gustaba vivir una experiencia salvaje, comer el queso y el pan que yo preparaba, tomar sesiones de masaje que yo les daba, alimentarse de la huerta y los frutales que Kabia trabajaba; A cambio compartían su dinero con nosotros de forma que el trueque estaba bien, eran generosos y nosotros también, les gustaba el trabajo de Kabia y muchas veces se llevaban algunas cosas, nuestros visitantes eran de temporada de invierno y parte de la primavera.
Con la huerta, cubríamos buena parte de nuestra alimentación exquisita, regada con agua de naciente, alimentada con compost natural, en nuestra pobreza económica éramos bastante ricos.
Llegó el momento, volviendo a lo del espectáculo, cuando Mogán nos cerró la puerta, en el que decidí sacarme un papel para retomar el mundo de los masajes, es que fue un momento muy duro, fue un abuso de poder de la mujer de un concejal, ella era policía local encargada del mercadillo, le encantaba nuestro trabajo incluso nos pagó en billetes cuando la peseta, pero al ganar las elecciones, pretendió humillarme con la única necesidad de que yo le siguiera el juego y le regalara el ego, pero no me dio la gana, no pude tolerar que se metiera injustamente con mi marido solo para que yo agachara la cabeza y le diera la razón en algo que no la tenía, solo por que su poder le permitía cortarnos metafóricamente el cuello, lo que yo le contesté fue:
.- Prefiero enseñar a mis hijos a apretarse el cinturón que a apretarse el corazón, podrás quitarme el pan, pero el honor me lo llevo a la tumba.
De la noche a la mañana, no teníamos ni para comprar en el supermercado, suerte de nuestra tierra y nuestros animalitos que nos daban de comer y de que coincidió con que teníamos una pareja quedándose en la finca que nos solucionó lo esencial, Las Palmas nos permitió trabajar, era invierno me parece por que el clima era frío, lluvioso, ventoso, pero no nos quedó mas remedio que atravesarlo y tirar hacia delante.
Cuando llegó el siguiente curso, estudié quiromasaje en Vecindario por eso de lograr un título, los míos, habían desaparecido en el camino, pero la experiencia no.
Fue un curso más tarde, cuando el colegio de mi hijo mayor debía cambiar y me vi obligada a trasladarme, y esa es la excusa que nuestros Señores del Gobierno tomaron para una vez más abandonarnos. No me daba la gana, otro mal trato, no podía tolerar, tantos años de esfuerzo y de trabajo no se lo iba a regalar.
Si solo vamos a la parte de medioambiente, contaros que cuando llegamos a la finca, no crecía ni un solo pino nuevo, las cabras de un pastor se los comían al asomar y nosotros cada vez que descubríamos uno, lo protegíamos y poco a poco fue repoblándose de forma natural, los pinos que vi nacer, ya eran más altos que yo. ¿Por qué los ecologistas ni siquiera nos visitan? Pues porque no somos carne de foto periodística.
Tuve un golpe de suerte, volví a conectar con mis viejos amigos de antaño, después de 15 años, me invitaron a Barcelona a estudiar Cráneo-Sacral Biodinámico, así que una vez por mes hacía un viaje, no tardaron las personas en pedirme sesiones y aprovechaba para estudiar y sacar lo necesario para nuestros gastos básicos, porque en Arinaga, mi enfoque estaba en los niños, en su transición en su conexión con el mundo, busqué trabajo, pero lo que me salió en hoteles no me permitía dar calidad, si no cantidad y en esta vida para mi es importante hacer las cosas desde el alma, hasta la fecha aun no me he prostituido y espero no hacerlo nunca, también tuve el apoyo de esas ayudas que te ofrecen cuando no tienes recursos, entre todo, me daban para ir enfocándome en una vía que me permitiera compartir mis conocimientos y recibir lo necesario para nuestra nueva situación, habíamos vuelto a tomar contacto con el mundo civilizado y debíamos cambiar nuestro nivel de vida, las exigencias son otras, las cabras las tuve que vender por que Kabia no es pastor, a el se le dan mejor las plantas, yo con la huerta no soy tan hábil, me dedicaba más a la cosecha de las hierbas medicinales con las que hacía aceites, tinturas, para mis sesiones y jarabes para mi familia no es que sea una experta en plantas, pero averigüé sobre las que crecían en mi entorno, aprendí cuando viajaba por América Latina, tuve la suerte de conocer gente sencilla e interesante que compartieron conmigo alguno de sus conocimientos.
Toda esta historia no le conté a las trabajadoras, solo les hablé del trabajo de Kabia que ahora no puede hacer por que los niños le necesitan; En navidades sí ya que se quedaron conmigo, por otro lado, desde que entró el PSOE en Las Palmas, contrataron músicos para tocar en la calle y el lugar que le han dado a Kabia, sin pagarle un duro, es por donde no hay casi gente, así que el esfuerzo no vale la pena.
He recuperado a través de un amigo alguna foto, intenté gravarla pero soy tan ignorante con esta maquinita que hasta que no me ayude alguien no podré colgarlas, pero las colgaré para que veáis que es un gran trabajo, maravilloso “dedicado a la Naturaleza recordando que nosotros Humanos somos parte de ella”, mi parte en esta historia estaba relacionada con la meditación, mientras mi atención estaba en sentir el palpitar de la vida instante a instante, mi intención era inspirar a las personas a sentir la sed de mirar no solo hacia fuera, también hacia adentro, si alguna vez lo logré, nunca lo supe, en muchas ocasiones la gente me dio las gracias incluso con lágrimas en los ojos, era un trabajo silencioso, estático, que solo se podía entender con el corazón, no de forma intelectual si no sintiendo, era como ser un espejo que reflejaba Paz, en otras ocasiones me tiraron hasta piedras, había niños que no podían soportar echar una monedita y que yo no me moviera, así que en su frustración de no ver cumplida su expectativa, cogían mis propias piedras y me las tiraban, también me encontré con esos que su único objetivo era sacarme de mi centro y hacerme reír, sólo lo logró uno, era un hombre del pueblito cerca de mi finca, cuando me vio en un trabajo que hice en solitario mientras me pintaba con el barro, el hombre se horrorizó, era un borrachín:
.- deja eso Paloma que me asustas y cuando duermo tengo pesadillas
.- Anda primo (es como todo el mundo le llama) márchate y no mires que no te quiero asustar, y se fue. Al ratito, cuando yo ya estaba preparada, y en silencio oigo su voz que empieza a gritar
.- La Virgen de Soria, La Virgen de Soria, no pude evitar el soltar una carcajada, Soria el Barrio aunque parece un pueblito, el último que me encuentro antes de ir hacia mi finca.
Por el momento aquí acaba esta historia, para mí es fácil imaginar lo que os he contado por que lo conozco, no sé si habré conseguido trasmitíroslo. Hasta pronto
1 comentario:
Paloma, Álvaro. Un fuerte y cálido abrazo para los dos y toda la buena gente que están en la cabeza y el corazón.
En algún ratito de hoy, te paso enlace de cómo poner el traductor.
Reciban todo el cariño y todo los buenos deseos de la vida.
Tino
Publicar un comentario