jueves, 10 de enero de 2008

Navidades en desafío 7 de enero de 2008

























A 7 de Enero del 2007.
La tristeza me embarga, los niños estuvieron aquí en el “Palacio de Invierno”,
Durante las vacaciones navideñas, se lo pasaron genial, tuvieron sus buenos y malos encuentros con otros chicos, se hicieron todavía mas fuertes y seguros de si mismos, encontraron situaciones desconocidas hasta el momento fruto de la agresividad y la falta de respeto que se respira más y más en esta sociedad civilizada y cosmopolita;
Al principio los niños venían asustados y heridos en su sensibilidad, pero poco a poco comprendieron que tienen que aprender a defenderse en situaciones conflictivas sin dejar que esas les hundan emocionalmente, estoy súper orgullosa de ellos, la facilidad que tienen para aprender sobre la vida, se nota que son supervivientes sin perder su corazón de oro.
Hace un rato, se marcharon, mañana empiezan el cole y se les acabó lo de la acampada, a mí se me acabó su compañía, cuando se marchaban nuestras caras cambiaron de expresión, la tristeza las poseía. Sólo de escribirlo, vuelvo a llorar.
Quiero contaros, que cuando los niños llegaron, el pasado 22 de Diciembre, no traían deseo alguno, para estas fechas, la mayoría de los críos tienen sus cerebros llenos de imágenes de juguetes que aspiran a conseguir, pero mis hijos tenían su mente en blanco al respecto, habían estado todo ese tiempo en contacto con la naturaleza, habían creado ellos mismos todo aquello con lo que jugar y si algo no lograban, su padre les ayudaba, tenían su batería de percusión hecha con botellas, garrafas, cacharros de cocina… sus arcos y sus flechas, sus espadas, sus cabañas. En el festival que se organiza cada noviembre aquí en Las Palmas, habían visto distintos instrumentos de música hechos con material de reciclaje, no tardaron nada en experimentar logrando alguno de ellos, así que su juego preferido era hacer por ellos mismos sus juguetes, como sucedía en los tiempos en que la gente era pobre en dinero y rica en creatividad. Les empecé a dar ideas, en principio ninguna parecía interesarles, cuando les pregunté por alguna consola, me dijeron que les gusta jugar con ellas, pero que se han dado cuenta de que cuando veían la tele o jugaban con la play o la gameboy, era como si les poseyera, se volvían locos y perdían la creatividad así que no querían volver a meterse.
El 22 de Diciembre Rafa cumplía 11 años, Su padre fue a trabajar y yo me llevé a los niños a Infecar, El ayuntamiento había organizado allí un parque de atracciones para las navidades, nos lo pasamos bien, pero como el único parque que los niños conocían era Port Aventura, se llevaron una pequeña decepción que logramos superar.
Sobre estos días, cabe destacar que emocionalmente, me costó mucho dar un toque navideño a la historia, que fuimos a unos grandes almacenes a buscar un regalo de Navidad y salimos con las manos vacías, que en la víspera compré algo por comprar, unos juegos de mesa, pero que notaba que no les hizo mucha ilusión, Rafa decía que ese año él estaba distinto que los años anteriores y que no sabía por qué. Cuando el resto de los críos aparecieron con sus regalos, se les activó un deseo, un helicóptero teledirigido que fuimos a comprar juntos el primer día que abrieron otra vez las tiendas.
El 28 fue mi cumpleaños, Kabia me felicitó la noche anterior después de las 12, yo también me sentía rara, quizá como mis hijos, pero al día siguiente, vinieron un par de personas a felicitarme, tuve llamadas desde la península de mis amigos, mi familia, Álvaro me organizó una sorpresa y acabé teniendo la impresión de ser un día especial, Kabia trabajó a tope con su arte y poco le vimos.
Para reyes los niños no tenían grandes deseos, los Reyes se portaron y se los trajeron pero además les vino una sorpresa que no esperaban, un par de espadas chinas de doble filo, enseguida comprendieron el peligrosidad de las mismas y se pusieron a entrenar controlando completamente, el golpe, siendo conscientes de que deben aprender a luchar sin hacerse daño, casi como realizando una danza de guerreros… Se lo pasaron genial, y no faltó su toque de creatividad, encontraron dos hojas de palmera de las cuales con ayuda de una navaja transformaron en distintas cosas que compartieron con otros niños de la vecindad.
El día de Reyes Álvaro cumplió años, él está en un proceso muy difícil, su paciencia pasa de claro a oscuro, está llorando bastante, siente una enorme frustración por descubrir la falta de solidaridad que hay entre los seres humanos, lo cual beneficia a los políticos y perjudica al planeta entero, pero le preparé unas sorpresas que le arrancaron una sonrisa, luego habló con su hija y eso le dio la felicidad.
El punto grande de estas vacaciones, han sido los petardos, se lo han pasado de rechupete tirando bomba tras bomba, era un sinfín de estallidos, quizá eran 15 críos en total, una locura maravillosa, y es que cuando les ves disfrutando, no hay oro en este mundo que pueda pagarlo.
Ahora os dejo, me voy al fueguito calentito, ah! Es que no os he contado, que para fin de año, Álvaro trajo un bombo de lavadora dentro del cual hacemos fuego, el 31 de Diciembre los vecinos lo toleraron pero el 1 y el 2 de Enero, los vecinos nos denunciaron, cuando vino la policía y vieron que era tan seguro, respetuoso ingenioso… nos permitieron y es que nuestro Palacio pasó de ser de Otoño a ser de invierno.
Volveré y os contaré lo que dejé atrás.
Feliz año nuevo, mes nuevo, día nuevo, hora nueva, minuto nuevo y cada instante de la vida, que de bien vaya a mejor hasta que la muerte nos separe de nuestros cuerpos.

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