viernes, 7 de agosto de 2009

DESDE LAS MONTAÑAS

Escrito que recibí de la Delegación de Gobierno en Canarias....

http://avlaslomas.googlepages.com/escritoDelegacionGob23mayo2009.pdf

Los Portugueses, 04/08/2009


DESDE LAS MONTAÑAS

Quiero Contarles un poco y con mis propias palabras este proceso para que puedan entenderlo desde mi perspectiva. La primera parte frente a Gobierno de Canarias está escrito en mi blog: www.palomademontemayor.blogspot.com
Cuando cerré el Palacio de invierno tal y como yo llamaba a mi campamento en la Plaza de la Clínica del Pino (Rafael O'Shanahan) , me reuní en Santa Lucía casco con mi familia, me dí cuenta de que mis hijos estaban siendo maltratados en el colegio, intenté solucionarlo con los profesores pero dada su indiferencia hice una denuncia en Acoso Escolar. Ese fue el peor momento de todos, cuando sientes que tus hijos no son felices, que los niños no quieren jugar con ellos, se te parte el alma, no hay pérdida material que pueda igualarlo, fueron tres meses hasta que acabó el colegio de infierno para mi, pero los niños aprendieron de la experiencia, se hicieron más fuertes, crecieron en autoestima y acabaron el colegio con sobresalientes; de ahí empecé a buscar un nuevo lugar donde vivir, nos trasladamos a Arucas, no hubo otra prioridad que ver a mis chavales asentados, la situación en la nueva escuela ha sido muy grata, los profesores/as encantadores/as. Mientras tanto yo buscaba quien me reconstruyera la casa, alguien dispuesto a vivir de acampada en un lugar destrozado, y trabajando a mano la reconstrucción de una casa antigua de piedras barro tejas y madera.
Yo era consciente de que si no lograba reconstruir en los plazos dados, perdería la oportunidad, tendría que devolver al Gobierno Canario el dinero que me había dado, un 50% de las ayudas y se acabaría todo. Toqué fondo. Por fortuna debo de tener un ángel porque no llegaba a hundirme, tuve la suerte de conectar con un personaje del Gobierno Canario a quien le podía contar mis cosas, mis sentimientos, mis miedos, mi rabia, mi impotencia y eso ayudaba a liberarme. Necesitaba habilitar la cueva para quien viniera a trabajar, quise aprovechar la Navidad por que mis hijos se iban con su padre a Alemania, compré el material y cual fue mi sorpresa cuando vi que la pista de tierra por donde debía pasar estaba cerrada con una roca por Gentileza del Cabildo (obras públicas) esta pista va desde Soria hasta Las Niñas, la parte alta estaba totalmente destrozada, era inaccesible para mi coche, además la habían cerrado y la parte baja también. ¿Os imagináis el sentimiento de rabia que atravesó mi cuerpo? Iba a pasar las Navidades en la más absoluta soledad pero no me importaba, quería aprovechar para darle un toque a la finca, ¿cómo iba a traer trabajadores si no tenía donde alojarles? mis hijos y yo nos habíamos preparado una caseta de campaña pero para los chicos que vinieran necesitaba algo un poco más acogedor. Tuve que dejar el material en casa de un vecino - podía llover y se podía mojar, la madera la llevaba en la baca del coche, después puse mi mochila al hombro con la comida y demás y comencé a caminar, la adrenalina se segregaba como quien abre un grifo y me di cuenta de que eso no podía ser, yo necesitaba sentir alegría y felicidad, me esforcé, me enfoqué en el presente, llegue a mi ruina, descargué, fui a buscar leña para hacer un fuego y lo conseguí, había vencido a la desesperación, a los deseos de abofetear a más de uno, dí gracias a Dios. A los pocos días regresé al norte, celebré la Noche Buena con un amigo incluso tuve un regalo cosa que no esperaba, yo a él también le hice otro aunque creo que no le encantó. Cuando volví a las montañas, unos vecinos que también viven por donde la pista de tierra me dijeron que podía pasar con el coche, apartaron la roca, me guiaron para no caer abajo y llegué hasta mi aparcamiento casi llorando, la pista estaba fatal, toqué en ese tiempo varias veces con la parte baja del vehículo en algún bache incluso empecé a perder algo de aceite, En Soria había un tractor pala de Cabildo pero no tenía órdenes de habilitar ese acceso. No tardé mucho en saber que me había quedado encerrada, ya no había una roca, ahora había dos, se puso a llover, hacía viento y frío pero sin embargo me sentía feliz en contacto con la naturaleza. Si que hubo un momento en el que pensé si me muero aquí, nadie va a enterarse, caían rocas, cascadas, el barranco corría, no se podía cruzar, estaba incomunicada. Me daba la sensación de que me hallaba en el fin del mundo, aun me quedaba un poco de batería en el móvil, no tenía donde cargarlo así que antes de agotarla mandé un sms a mi amigo el político y le dije: - si tal día no tienes noticias mías manda al forense, si me muero que mis hijos escojan si quieren vivir con mi familia o con su padre, esta es mi última voluntad, le dí el teléfono de mi madre y de mi ex y volví a enfocarme en lograr la dicha en ese día.
Cuando las aguas bajaron, me fui caminando a Soria, tenía que ver si habían o no quitado las piedras, en unos días había un curso de Acoso Escolar al que yo asistía y no me lo quería perder. Hablé con mis amigos del pueblo y me dijeron que se encargarían. Lo hicieron. Cuando encontré al salir al jefe de obra me dijo: - Tú eres la famosa Paloma, tienes a todo el pueblo preocupado, te he abierto el camino y no lo volveré a cerrar. No sabía quien eras, si hubiera sabido que eres la de la plaza del Gobierno no te hubiera puesto la roca aunque se me hubiera caído el pelo, jajajá.
Por otro lado vi en el camino que había una pérdida de agua en un aljibe que pertenece al Ayuntamiento de Mogán, lo comenté con los Sorianos, me dijeron que como la pista de tierra está abandonada no van nunca por ahí y hace tiempo que no lo cuidan. Después de eso lo cuidaron, mandaron una pala que arregló un poco la pista pero no tuvieron la decencia de llegar hasta las casas, hicieron lo suyo y ni un metro más. Otro subidón adrenalínico, otro gran esfuerzo para liberarme de la rabia. Cuando bajaba a la ciudad mi expresión verbal estaba cargada de fuego y había gente que no podía aceptarme, así que la soledad era mi compañera. ¿Qué podía hacer yo? ¿Poner cara de niña buena? ¿Hablar con la dulzura de un ángel? Eso no me salía. Pues sí, tuve que coger un sacho para que mi coche no se rompiera.

En otro momento seguiré contándoos la historia, ahora estoy sentada sobre una manta en el suelo y empiezo a resentir mis lumbares .

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