viernes, 7 de agosto de 2009

Desde las Montañas (3)


Mis hijos regresaron de Alemania, venían emocionados, ya no solo de ver a su padre, un tipo especial, un artista, su cerebro vive en otra dimensión y las cosas del mundo le resultan muy difíciles, él lo intenta a su manera, pero no le sale, cuando está con los niños, les entrena en libertad, claro que los chavales tienen una buena base y son responsables de sus propias riendas, con eso quiero decir que saben hasta donde pueden llegar y claro que dan saltos, pero son conscientes de ello y disfrutan descubriendo su propia evolución. Con su padre, que se llama Norbert y se apoda Kabia aprenden muchísimas cosas que yo jamás podría darles, no siempre me resulta fácil, pero es lo que hay y el tiempo me muestra que es para bien.
Yo creo que muchos de ustedes le conocen ¿alguien recuerda en Mogán, Arguineguín, Maspalomas, Telde, Las Palmas, Teror y no se que otros sitios más a un hombre muy alto que se pintaba con barro, hacía un escenario con tierras de colores de la isla de Gran Canaria, ponía basuras de la civilización, esculturas hechas de troncos quemados…? a veces parecía muerto, otras veces regalaba almendras, o limones, pimientas de la puta madre, piedras de colores o lo que pudiéramos sacar de la finca o de los montes y que no se estropeara en el camino. Pues ese es el padre de mis hijos. Ha dedicado muchos años de su vida a esta tierra y a expresar en las calles su creatividad y su sentimiento al pueblo canario y a los turistas. Yo a veces me sentaba con él, hasta que me necesitaron mis hijos, os mando una foto, soy yo pero el trabajo suyo.

Los niños venían emocionados, habían estado en la nieve, patinado sobre el hielo del lago en la ciudad de Berlín, el padre se metía en su arte y los niños salían solos, con sus patines y sus bates de hockey llegaban al parque, se encontraban con gente desconocida, imagino que su padre habría hecho antes las presentaciones, sin el más mínimo problema se integraban en el grupo. Luego se iban por ahí fotografiando a los cisnes sobre el río hasta que Kabia les iba a buscar y les dedicaba el resto del tiempo. Venían espléndidos, cuando se encontraron conmigo se les apagó un poco el brillo:
Madre cargada de problemas y dificultades. No me quedaba otra que procurar no traer mala onda y ¿la forma? trabajándome a mi misma, lo primero no flagelarme por tener defectos, lo segundo procurando que la nube negra sea arrastrada por el viento, lo tercero, reconociendo esa parte de mi misma que no me ayuda a caminar e invitándola a marchar, por su puesto, requiere un poco de esfuerzo.
Estuvimos bien, volvimos a las montañas, ya podíamos llevar el material para preparar la cueva, yo lo había dejado todo listo.
¿Os acordáis de Álvaro, el chico que me acompañó durante la acampada? Le pedí ayuda, y vinimos los cuatro, cogimos el material que tenía en el camino y nos fuimos hacia la finca.
Al entrar en la pista de tierra:
- Mirar, ha pasado un tractor pala, ¡jó! Como se ha enrollado el político, cuando me vi aquí encerrada le mandé unos cuantos sms pidiéndole que el Cabildo meta el tractor para adentro ¡Lo ha conseguido!
Cual fue mi subidón al descubrir que más allá del aljibe Moganero estaba todo como antes, llamé a un vecino y me contó, pero lo importante de esta historia es que cuando la escribo, sonrío. Me disgusta la actitud de la administración, procuro luchar para que cambie, pero sobre todo no me roban la alegría, quizá durante un ratito, creo que es un ratito necesario para reconocer las cosas como son, pero no más.
Ese fue el tiempo en el que bajamos el material. Las fotos que han ido viendo se las pedí a mi hijo Rafa, el pequeño se llama Anand.
-Hazme unas fotos que se vea que me lo estoy currando, quien sabe si algún día se las tendré que enseñar a la administración.
Por ahora han llegado a la Casa Real, al Ministerio de Defensa, a la Delegación de Gobierno y al Gobierno Canario y a muchos de ustedes. Es que les estoy pidiendo un helicóptero para traer el material. Por el momento la rama del Gobierno Central me ha dicho que un transporte aéreo Militar no se puede utilizar para fines particulares, solo en caso de colaboración ciudadana, catástrofes excepcionales y emergencia. Yo le insisto a Carolina en el hecho de que soy víctima de una catástrofe excepcional, que mi único fin particular habría sido no tener que reconstruir ninguna casa ni estar rodeada de árboles negros y muertos.

Por otro lado, la imagen que he escrito al Gobierno Canario, tanto a su Presidente como Vicepresidente es:
Por un momento imagínese a un grupo de chicos cargando como Cristo los maderos sobre la espalda, barranco arriba donde ni siquiera hay un sendero apropiado. No estamos hablando de Nazarenos en el siglo I si no de canarios en el XXI, así que espero que no se comporte como Poncio Pilatos porque a estas alturas no se puede permitir que unos chicos rompan sus espaldad restaurando una de las casas antiguas de esta isla.
Aunque creo que hay gente que está estudiando como hacerlo, oficialmente tengo silencio administrativo.
Por cierto quien haya visto la foto en la que llevo el cemento, decirles es mentira, solo crucé el barranco e hice la foto para aparentar, si tengo que llevar ese saco sobre el hombro todo el trayecto ¡me muero! ¡Qué valor! Álvaro, fue el que se llevó la peor parte. Los niños también ayudaron - cogían un paquete de tablas entre los dos y bajaban poquito a poco.

Les dejo por ahora y cuando vuelva la inspiración les iré contando. Un abrazo.

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