domingo, 2 de diciembre de 2007

15 de noviembre




Hoy ya es 15 de Noviembre, se ha cumplido el mes desde nuestra llegada, siento no haber sido capaz de contar día a día.
Hasta la fecha, ni El Presidente del Gobierno de Canarias, ni el Presidente del Cabildo, ni el Alcalde de Las Palmas, se han dignado a recibirme.

Algunos vecinos de la zona, se solidarizaron con nosotros, nos ofrecieron ducha e incluso, nos llegaron a bajar comida.
Nosotros hemos procurado no abusar, así que lo que es ducharme en casa de alguien solo lo hice al principio. Álvaro se encargó de preparar una ducha aquí.

Los niños de la zona nos rodearon, la curiosidad les invadió, algo diferente estaba ocurriendo en el barrio, no sucede en esta ciudad algo como esto, que una pareja se instale a vivir en la ciudad haciendo una cama de pinocha (hoja de pino), cerrada con una mosquitera dentro de un guarda-vientos.
Les explicamos que mi casa se había quemado al igual que la de otras personas, que los bosques eran negros, que olía a ceniza, que muchos campesinos se habían quedado sin árboles, huertas, animales, Que los políticos no nos trataban bien, que mis hijos aun no tienen casa donde vivir…
Los niños leyeron el cartel de Palmitos Park, mostraron preocupación, creo que todos ellos han ido pasando por el parque a lo largo de sus jóvenes vidas.
Al llegar la noche, Álvaro buscó un lugar distante a mis aposentos, donde pudiera verme sin ser visto y con la máquina de fotos en la mano por si viniera la policía a echarme. Nadie me molestó, no necesité gritar pidiendo ayuda. Es un alivio compartir con este hombre el camino, te hace sentir segura, se que daría su vida por mi si fuera necesario, como un caballero daría la vida por su Reina, no es que yo sea una Reina, -pero él sí que es un caballero de Noble Corazón. Ayer le comenté que me recuerda en su carácter al personaje de la película “Braveheart” por su sencillez, su valor, su nobleza; Ya llevamos caminando juntos cerca de dos meses y sé que cuando esto acabe y cada uno siga su camino, le echaré de menos, también sé que tengo un amigo al que si un día le digo te necesito, vendrá y viceversa.
Una de las más grandes riquezas que puede tener un ser humano es un corazón grande y generoso dispuesto a recibir las bendiciones del amor incondicional.

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