domingo, 2 de diciembre de 2007

27 de noviembre

Hoy es 27 de Noviembre del 2007
Dado que no consigo ponerme al día, os voy a hacer un resumen de estas semanas sin entrar en grandes detalles y en otro apartado os iré adjuntando las cartas que a lo largo he escrito a nuestros gobernantes.
Desde nuestra llegada, la prensa no nos ha cubierto demasiado, exceptuando el Canal 9 Las Arenas, una televisión independiente local, la única que realmente se ocupa de la gente, mientras que la TV Canaria se ocupa básicamente de los políticos o de las personas cuando sus problemas no tienen nada que ver con los mandamases. La prensa escrita tampoco juega contra esos que les subvencionan, al menos las más importante, osease, que aquí andamos sin gran éxito periodístico aunque no puedo negar que aún de vez en cuando alguien nos llama de alguna emisora de radio y nos vuelve a entrevistar.
Quiero que conste, que EL CANAL 9 nos está siendo muy fiel, RADIO ARGUINEGUIN, nos llama cada sábado y el resto va a cuenta gotas, pero gota a gota se forma un río así que agradezco a todos aquellos que nos van pinchando en la medida en que creen deben hacerlo. Lo más duro han sido esos medios que publicaban aquellas mentiras que decían nuestros Gobernantes, porque corrían el bulo de que no tengo la documentación necesaria para que me den todo aquello que por decreto me corresponde y cuando les convoqué a rueda de prensa para demostrarles lo contrario, no aparecieron, no obstante les mandé la documentación por e-mail para que no puedan seguir diciendo aquello que no es cierto.

Con respecto a nuestro “palacio de Otoño” empezó siendo el corta-vientos cerrado con una mosquitera, aquella que cosíamos después de nuestro paso por Cercados de Araña. Al poco, Álvaro montó una sombrilla a la que le pintó la publicidad que llevaba para que no se viera y luego otra de esas de colores, poco a poco iba creciendo nuestro hogar.
Álvaro dormía protegido bajo el zaguán de una de las entradas de Presidencia, en la mañana el guardia civil vio como me acercaba y se dio cuenta de que ocupaba ese lugar prohibido por la noche, se acercó:
.- Buenos días.
.- Buenos días.
.- Cuando pueda, comience a levantarse, debe salir de aquí, pero no es necesario que salga corriendo, tranquilamente levántese por favor.
.- No se preocupe, ya me iba a levantar.
Hay que reconocer que ese muchacho, el Guardia Civil era una buena persona y el tiempo lo demostró. Cada mañana, se acercaba a despertarlo con mucha amabilidad y sin prisas, al fin Álvaro le hizo la broma de:
.- Mañana me despiertas con un café.
.- Vale, te lo traeré.
Pero nunca llegamos a saber si se lo trajo o no porque Álvaro decidió dormir mas cerca de mi, junto a mi corta-vientos, habíamos comprobado que la policía no nos iba a desalojar, habían venido en varias ocasiones y siempre nos habían dicho que estaban de nuestro lado, que teníamos derecho a reivindicar lo nuestro y que iban a respetarnos.

El bucio de Álvaro no dejaba de sonar a las horas en las que había movimiento de gente en Presidencia, y como éramos recién llegados, tengo que reconocer que sonaba muy a menudo.
Fueron días muy calurosos, los atravesamos lo mejor que pudimos, usando la pequeña sombra de nuestras sombrillas, pero aun así la temperatura era aplastante por lo que Álvaro compró uno de esos plásticos azules e hizo una sombra.

El clima cambió, suerte que nuestro meteorólogo particular nos había advertido y nos dio tiempo a prepararnos. La sombra de plástico azul, se transformó en un iglú una protección en forma de iglú usando las sombrillas, cuerdas y no recuerdo que más. Menudo chollo para mi, sin Álvaro, no se como me lo habría montado.
Mucha gente de la vecindad, estuvo preocupada por nosotros, nos miraban desde sus ventanas mientras el viento azotaba y las aguas chispeaban y se iban poniendo nerviosas de pensar lo mal que lo estábamos pasando, pero lo cierto es que no lo pasamos demasiado mal, nos agarrábamos a nuestro sentido del humor y nos dábamos algún que otro masaje para compensar la carga que se acumulaba en las lumbares como consecuencia de nuestra incómoda posición. Cristina Spínola, la periodista que me ayudó a comenzar este viaje, nos había regalado el libro que ella escribió sobre un viaje en bicicleta dando la vuelta a las siete Islas Canarias a modo de reivindicación por la igualdad de sexos, se titula “Sola”, mejor echar un vistazo en Google, viaje en bicicleta y allí lo encontrareis. Pues aprovechamos el libro y el mal tiempo.
Una vecina preocupada de ver que los días, las semanas iban pasando, que los políticos nos ignoraban, que la Plataforma de afectados por el incendio no daba señales de vida, que estábamos más solos que la una, decidió organizar una concentración. No recuerdo ahora la fecha, pero por algún lado del blog está escrita. Jenni me mandó por e-mail el anuncio y en casa de esta vecina lo imprimimos, ella se llevó unos cuantos para repartir en los buzones de su zona y nosotros fuimos repartiendo el resto.

Llegó la noche de la concentración, un pequeño grupo de personas de Mogán vinieron a echarnos una mano, trajeron fotos y otro material para pegar alrededor de nuestro “Palacio de Otoño”; Cuarenta y cinco minutos antes de la hora prevista, vino un fotógrafo, mandado por uno de los periódicos de gran tirada de la isla, nos juntamos todos los presentes para la foto, de lo cual luego me sentí un poco arrepentida y es que creo que lo mejor es que te saquen espontáneamente, haciendo lo que estás haciendo, así la imagen plasma más la realidad del momento, pero en esta vida es raro vivir paso a paso, parece que es necesario estar siempre enfocado en algo que no sea el “aquí y el ahora”, por eso es tan difícil sentir la felicidad del Alma, y es que en esencia nuestra verdadera plenitud se encuentra en el más absoluto presente, lo demás es mero fruto de nuestra imaginación, si nuestra proyección es agradable , nos sentimos bien, si es desagradable, nos sentimos mal, en ningunos de esos dos casos, comulgamos con la “Dicha” .
De todas las concentraciones que se han organizado hasta la fecha, fue la más numerosa, 42 personas, entre ellas varios representantes de distintos colectivos. No recuerdo muy bien que dije, pero seguro que hablé del incendio, de los afectados, en especial de aquellos de los que tengo conocimiento de sus historias personales como Daniel, el de el restaurante de Veneguera, su historia la conté al pasar por ahí, de Thea, esa señora que a sus setenta y pico años, se ha negado a irse de su casa y está viviendo en una tienda de campaña junto a la ruina fruto del incendio, ella no quiere dinero, solo que le pongan un techo para poder guarecerse, pero hasta la fecha, 02-Diciembre-2007, aun no se lo han puesto, el frío ya ha comenzado y la lluvia también.
La vecina que organizó la concentración, hizo preguntas sobre mi situación a las cuales fui contestando. Lo cierto, es que en esos tiempos, poco hablaba de mi, quizá suene ridículo, pero me dolía demasiado la situación general como para enfocarme en lo mío, es posible que eso fuera lo que hizo que creciera tanta desconfianza, y que contra más luchaba por todos los afectados, más sola me quedaba, también creo que tiene que ver el hecho de que soy peninsular.
Alguno de los representantes de los colectivos que vinieron, dijeron de apoyar esta historia, de hacer alguna estrategia, de organizar una concentración por semana, de mover cada uno el máximo de personas posible e intentar que la gente apoye ya que es lo único que presiona a los políticos a demás de la prensa, pero solo volvieron dos que no consiguieron traer a nadie más. Para Álvaro y para mi fue muy duro, hemos tenido momentos de tocar fondo, pero siempre hemos logrado contactar con la fuerza interior y salir de nuevo a la superficie.
En este momento y mas de un mes y medio desde que llegamos, a la última concentración no vino nadie, cierto es que el clima ha cambiado, el frío ha comenzado, los vientos alisios han despertado, de ahí que los veleros ya están cruzando el Atlántico,
Y los chubascos azotan de forma racheada. Nosotros seguimos nuestra pequeña lucha, manteniéndolos firmes y sin tirar la toalla.

Un par de días antes de esta concentración, vino la televisión “cuatro” de Madrid para el programa de las mañanas de la Campoy , hasta la fecha la única cámara que ha subido a mi casa; Al pasar por Soria, paramos a desayunar en el Restaurante Casa Fernando, estuve hablando con el dueño:
.- Pasado mañana hay una concentración que organizan los vecinos para apoyarme a mi y al resto de los afectados del incendio ¡vente!
.- Para que si ya está todo perdido.
.- Hombre Julián, no digas eso, tenemos que luchar para que nos traten como merecemos, si no hacemos nada se acomodarán y siempre harán con los ciudadanos lo que les salga del gorro sin el más mínimo respeto ni humanidad.
Julián me dio una de esas sonrisas de mirada triste y resignada, intenté convencerle, pero me di cuenta de que no había nada que hacer.
Al salir a la terraza donde estaban los periodistas, no pude evitar echarme a llorar:
.- Hay tal resignación que eso me parte el alma, es un tirar la toalla sin ni siquiera intentar luchar un poco.
Ellos me miraban, no había mucho que decir pero me comprendían, hice un esfuerzo por centrarme y dejar de llorar. Luego vino Charly, un alemán que desde hace más de 25 años ocupó una cabaña, “El Chalet de D. Fermín”; D. Fermín creo que es el ingeniero que dirigió la construcción de la presa, durante los años que duró la obra, se dio el capricho de hacerse una cabaña en un lugar del barranco de manera tal que si llegara el embalse a llenarse, el estaría ubicado justo al ladito del agua, nunca se llenó, pero no dejaba de ser un lugar paradisíaco especialmente en el invierno cuando las aguas corren formando piscinas y ese pinar.. Quizá en otro momento os cuelgue una foto, no tengo ganas de entrar en descripción.
Íbamos por Charly, desde hacía años que vivía allí, cuando nos encontramos al poco de dejar de llorar, empezó a atacarme, el había cobrado más que yo, se sentía muy orgulloso de haber logrado según él algo inimaginable, lo achacaba a que el no se había enfadado, mientras que yo siendo propietaria había tenido peor trato según el por que uno no puede rebotarse y si te rebotas te castigan:
.- Yo he sabido mantener la calma y a mí me han pagado, tu eres una guerrera y eso nunca trae buenas consecuencias.
.- Tú sacas tajada y ya te quedas contento, mucho que si eres karateka, pero donde está el espíritu, a ti te da igual como traten al resto de las personas, ¿te has molestado al menos en saber como esta la gente de aquí?
.- Pues no lo sé.
.- Quizá debieras saberlo, quizá podrías ayudar a alguien a arreglar su corral… pero no, a ti te han dado una pasta y con eso ya está todo, pues para mí no, yo si que he hablado con la gente y no puedo permanecer indiferente
.- Así nunca lograrás nada, tu y yo estamos al revés, a mí me pagaron y a ti no, tu eres propietaria y yo no, pero tu no tienes nada y yo sí.
Tengo que reconocer que me cabreé como una mona, le mandé el carajo y pasé de él, claro que a lo largo de los años hemos tenido nuestra historia personal que no viene al caso y no voy a contar.
Después de ese desagradable incidente seguimos camino hacia mi casa, al parar el coche se puso a llover, lo cierto es que estos reporteros me cayeron súper bien, El tenía muy buen sentido del humor y a ella se la veía una chica con gran sensibilidad, la experiencia fue muy agradable, el camino hacia mi casa aún quemado, es un sendero especial que te toca el corazón en cada paso; no recuerdo muy bien lo que hablé frente a la cámara, pero lo que a ella le gustó y por eso no lo olvidé fue cuando conté que compré ese lugar porque me pareció un sitio maravilloso en un tiempo en el que todo el sur estaba lleno de escavadoras y sentí que no podía permitir que la mano humana lo destrozara y que al fin fue la mano humana la que se lo cargó; Que nunca pensé que iba a quedarme tanto tiempo allí pero que el fin llevaba ya casi 10 años y de repente todo se había esfumado…
Al terminar con mi lugar, les llevé a casa de Thea para ver si con la presión mediática lográbamos que la echan un tejado y la desescombraran, pero ni así aún lo hemos conseguido.
Lo que me dio más pena de todo eso fue que cuando salió el programa en la tele, acabaron diciendo que según mi ayuntamiento, yo no tengo derecho a reclamar nada de lo que reclamo por que mi casa no es mía. Si los reporteros me hubieran caído mal, no me habría importado tanto, pero lo gordo es que les cogí cariño. Bueno, él es un cámara de Fuerteventura que contrataron sólo para el reportaje y ella es una de las reporteras del programa, la llamé, y me dijo que dirección le había recortado dos minutos, la parte más bonita, de manera que pudiendo quedar mejor, quedé peor y es que todo lo que sea en diferido tiene ese riesgo y yo lo corrí.

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