viernes, 9 de noviembre de 2007

miércoles 10 de octubre - Soria - Cercados de Araña




Conseguí otro ordenador, Gracias a todos mis colaboradores.Los niños querían caminar con nosotros, lo hicieron, fuimos hacia Cercados de Araña. El camino estaba complicado en varios puntos por los almendreros caídos, éste Alvaro es un puntal, abriendo camino, cargando casi todo el peso, cuidando de mí en cada paso.Los niños preferían escalar, cosa que antes era imposoble, por toda la maleza, bosques de almendras, hierbas medicinales, pinchos...¿Sabeis?, yo trabajo con masajes y terapias, y todos los aceites para mis clientes los preparaba con las plantas medicinales que crecían por aquí macerados en bases de cultivo ecológico, para la próxima cosecha, tendré que ir más lejos.Los niños disfrutaron del camino, iban como cabras, lo único que les pedí es que no se hicieran demasiado daño, que vigilaran no pisar zonas de desprendimiento, les dejaba hacer, pero no les quitaba ojo.En la explanada nos encontramos con Martín, su atención estaba en que Álvaro no era mi marido, aunque se lo expliqué creo que no me escuchó. Se le veía contento, su plantación llena de papas, él iba a regar.Al bajar al pueblo, tuvimos una sensación extraña, parecía un pueblo fantasma hasta que encontramos un campesino arando la tierra, no nos dio mucha bola; él estaba en lo suyo.Cruzamos a la otra banda y al rato vimos una casa con gente, llamamos y pedimos agua; me reconocieron, nos invitaron a pasar, pudimos lavarnos las manos y cargar el móvil que estaba vacío. Nos contaron que los bomberos les salvaron el pellejo, que los metieron a todos en una casa y no pararon de echar agua. Que, tras el incendio, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana trajo dos cubas para regar los matos, pero no volvieron a aparecer. Que los técnicos, llegaban con prisas, por eso de que tenían tanto trabajo, que no podían tomárselo con calma por lo que sintieron que no eran minuciosos en lo que peritaban. Que se gastaron una fortuna en mangueras, unida toda la cooperativa, y que no tienen claro que les vayan a pagar un céntimo. Que los papeles están firmados y ahora sólo falta esperar. Los niños comieron galletas, estaban tan negros que parecían los hijos del carbonero, les gustaba escuchar y enterarse de lo que se hablaba.Al rato vino su padre y se los llevó. Yo pensé, -“ummm a ver si vuelven a estar blanquitos…”-, para eso las madres somos más chiquismiquis; pero blancos o negros son unos críos divinos. Nosotros seguimos hacia otra de las casas. En el camino, encontramos a otros campesinos y nos pusimos a charlar. Nos hablaron de las casas quemadas, especialmente la de una pareja que trabajan en el sur padres de algún niño chico, y de las otras, unas son de gente que viven abajo... Me recordaron que, hace años, cuando yo subía sobre la burrita con el bebé en brazos, me llamaban la Virgen María. Por eso de que mi marido iba tirando de la burra. Tiempos aquellos cuando en mi casa solo había luz de velas o del sol, antes de que entrara la energía fotovoltaica… Al fín llegamos a la ultima casa de esa banda, allí había tres ancianas, un anciano y el hijo, se alegraron mucho de verme, hace muchos años, me regalaron mis primeros pollos de los que salieron mis primeros huevos tan naranjas como nunca había visto. El hombre nos contó varias historias de "Los Portugueses". Cuando era un crío de 10 o 12 años, su tío tenía vacas, allí donde vivo yo, y el muchacho bajaba a ayudarle. El tío a veces se iba a regar al brusco; eso está a más de una hora caminando, más allá del muro de la presa, (donde se han quemado varias casas). El tío le decía: .- Tú cuida a las vacas que a la noche vengo; y el muchacho se quedaba sólo. La noche caía y el tío no volvía. Pasaba un montón de miedo. Pero cuando vio que eso se repetía, el niño al ver que anochecía y el tío aún no había regresado, se iba corriendo hacia el Lomo la Palma, (eso está arriba, a la altura de las casas de Soria), pidiendo cobijo en otra casa. - Siento no recordar los nombres-.También nos contó que se decía de padres a hijos que "Los Portugueses" se llamaba así porque hace muchos años, antes de que hubiera casa alguna, llegó allí un negro y una negra, que venían de Portugal; se metieron en la cueva que hay junto a la casa. Un día un guanche bajó, conoció a la negra, y se la llevó. Se ve que se enamoraron y se fueron a vivir a una cueva que hay allí donde la presa pequeña, por eso a esa cueva se la llama, la Cueva de la Negra. Yo ya había oído, que en Los Portugueses había habido esclavos, por lo que imagino que quizá el negro y la negra escaparon de un barco portugués, nunca lo sabremos, pero es una bonita historia.Parece ser, que el fuego entró en el corral también en el porche. Yo vi la señal; los viejillos lo apagaron. Cuentan que si ellos no llegan a estar ahí les arde la casa. Parece ser que, en un principio, las brasas que volaban fueron controladas por ellos mismos, pero cuando de verdad arremetió el viento, en una hora se lo llevó todo. Los bomberos los alojaron en una casa y mojaron todo lo que pudieron, ponían toallas en las puertas y ventanas para que no entrara el humo.Casualmente, encontré a uno de ellos y me contó su experiencia: - “Ellos no son Bomberos, son de la brigada forestal, no han sido entrenados ni van preparados para entrar en las casas, aunque éste ,salvó por motu propio dos en Fatiga”. - “Ellos estaban apagando un fuego a la entrada de los Cercados de Araña; uando lo tuvieron controlado, les dieron orden de salir. En algún punto que no me quedó claro, el convoy que iba en cabeza se paró, lo que supuso un fallo, ya que bloqueó la circulación de toda la caravana, las llamas lo envolvieron y entre todos lo apagaron, se vieron atrapados y tuvieron que regresar”. - “Un joven que vive en los Cercados de Araña, les alertó de que había gente en algunas casas, ellos no tenían ni idea, así que con ayuda de Carmelo, el joven, fueron reuniendo a los vecinos en la casa que parecía más segura. Sólo tenían una cuba de agua y la vaciaron sobre la misma; a cada rato, se tenían que mojar del calor tan horroroso, en pocos minutos ya estaban completamente secos”. - “No puedo recordar como se consiguió apagar el fuego aqui, Gracias a Dios se apagó”. - “Le comenté al bombero, que una anciana me dijo que la cabra estaba ardiendo y ellos se negaron a echarle agua. Fue por esto que me contó su historia”. .- “¡Eso no es así! - me dijo - , sí que hubo alguien que nos mandó sacar a las cabras de algún sitio de arriba, y otra señora, que debía ser muy devota, quería que fuéramos a apagar el fuego de los matos alrededor de la iglesia, pero nosotros estábamos enfocados a salvar las vidas humanas”.- “No sé que hubiera sido de aquella gente si el convoy no se hubiera parado obligándonos a dar la vuelta”.Fué un encuentro muy tierno con la gente de los Cercados de Araña. Hacía años que no me dejaba caer por el pueblo, pero aún se acordaban de mí y se alegraron de volver a verme y ver a los niños tan mayores.La señora de la casa es tan dulce, con su pañuelito en la cabeza, esa sonrisa amable y cariñosa, (siento que no salieran las fotos, se nos acabó el chip y Alvaro usó una de esas que luego se tiran). La mujer se había roto la muñeca y no se la colocaron bien, así que la tiene toda hinchada. Y hablando de muñecas, en poco tiempo, he visto tres mal curadas. Cuando hablé con un traumatólogo amigo, me comentó que los quirófanos están saturados y que un problema de muñeca, en casos necesita un clavo, pero que como no se le da prioridad, pues suelen quedar mal. Este comentario viene por que a una amiga le sucedió, el médico de Puerto Rico le dijo que las manos siempre quedan mal, y yo quise averiguar el porqué. Pues hasta la fecha he encontrado a dos señoras afectadas por el fuego con la mano teóricamente arreglada pero realmente fastidiada. Las otras dos vecinas, también muy abiertas y agradables, nos prepararon un café, nos contaron que en el pueblo ya quedan solo unos cuantos viejos y los extranjeros, que casi todos los jóvenes se fueron para la costa, aunque suben los fines de semana. Que casi ninguno planta ya. Que cuando ellos se mueran solo quedarán los extranjeros y que el sentimiento que tienen es que el Gobierno dejó correr el fuego para acabar con todo y plantar pinos. Es extraño, contado de dos formas distintas pero tanto los de esta banda del barranco (Cercados de Araña), como los de la otra (Soria) tienen el sentimiento de que para los políticos ellos no cuentan nada, al contrario son un estorbo. Cuando les ofrecí algarrobas para sembrar, el viejillo se puso muy contento y me contó que en la mili paso tanta hambre, que le robaba las algarrobas a los caballos, y luego me contó la historia sobre su mili.Qué lindo es escuchar a los viejitos con sus historias antiguas, te metes en otro mundo, te imaginas como pudo ser, sientes sus emociones cuando te cuentan y ellos disfrutan de ser escuchados.Nos despedimos ya estaba anocheciendo y paramos en el bar de Almeida a saludar y tomar una cerveza. A Almeida, lo vi muy apagado, nunca fue hombre de muchas palabras, estaba quieto en un rincón mientras otro nos servía.Allí escuché algo que no me gustó: Un hombre nos dijo, que el Ayuntamiento en el último pleno, había catalogado Fataga zona catastrófica de grado cero, lo que quiere decir, que entre los Palmitos Park y ellos se lo llevan todo. Necesité volver a caminar, para asimilar esa información y recordé que alguien de la plataforma "Mas Nunca", me había comentado que el representante de Fataga había desaparecido sin explicación alguna, que probablemente se habría vendido. También recordé, que cuando hablé sobre mi problema de alojamiento con el concejal de vivienda, me dijo que en Fataga había sido más fácil, porque la gente que perdió su casa, aunque estaban empadronados ahí, lugar donde nacieron, vivían en el Sur y no tuvieron el problema que tenía yo, quedándome sin vivienda. Si eso es cierto, qué casualidad que sea el pueblo más turístico. La noche había penetrado profundamente, nos pusimos en marcha subiendo por el camino hasta que encontramos un lugar agradable donde dormir. Esta vez llevamos una mosquitera, llena de agujeros pero mosquitera. Alvaro había pedido en el pueblo aguja e hilo y empezamos a coser; como estábamos en tierra de pinos, juntamos pinocha y nos hicimos un colchoncito de lo más rico (para los peninsulares, el pino canario tiene una hoja que no pincha, es mas larga y una gozada).Yo dormía profundamente, cuando no se porqué me desperté, vinieron a mis pensamientos los ancianos de Los Cercados, tan solitos, tan cansados, renovando la instalación de mangueras, trabajando la tierra y tan cariñosos y no se por que tuve que llorar tan profundamente que Alvaro se despertó. No sabría decir que sentimiento era, la tierra quemada, abandonada y las personas tambien... ¿Sabíais que la lechuga que se compra en el mercado ya no crece en la tierra?, crece en unos plásticos; le echan un producto y ¡ale! a comer. Me costó dormir, al fín lo logré, pero cuando más agusto estaba llegó la hora de ponerse en marcha. Me dijeron que había un pleno en el Ayuntamiento por un asunto y que iban a estar todos los políticos en Tunte./PALOMA DE MONTEMAYOR

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